Después de un largo camino de vida y peregrinación, de profunda reflexión y experiencia, San Ignacio de Loyola escribió los Ejercicios Espirituales como pedagogía para poder vivir inspirándonos en Jesucristo y su Evangelio.
Sólo bajo un estado de consciencia permanente de entendimiento de la realidad de nuestra vida diaria podremos estar conscientes y atentos a la presencia de Dios en ella.
San Ignacio de Loyola entendió desde el primer momento y en sus experiencias místicas que Dios es un Dios activo, siempre trabajando en la vida de las personas, y es por eso que los Ejercicios Espirituales nos ayudarán a estar presentes para responder de inmediato.